Recuerdo que, durante un taller al que asistí hace años, Antonio López convocó un coloquio informal tras la jornada de trabajo. Apremiado por las preguntas, nos hablaba de pintura y de pintores; de sus predilecciones y de sus rechazos. Antonio López no suele ser muy condescendiente con la obra de otros artistas; se diría que su criterio es intuitivo y visceral aunque raramente ofensivo. Sus juicios se mueven entre el interés sincero o la indiferencia. Cuando alguien preguntó sobre Vincent Desiderio mostró un absoluto respeto. Reconocía en su pintura un contenido que trascendía la simple dramaturgia de la representación. Nos hablaba de la belleza de las formas, de su amor al orden. Antonio López creía, según nos dijo, que Vincent Desiderio tenía la grandeza del creador moderno, en soledad frente a su obra. Admiraba en su pintura una expresión que, gestada desde sustratos profundos, revelaba su compromiso de transcribir el espectáculo hermoso del mundo.

Vincent Desiderio

Vincent Desiderio

Vincent Desiderio tuvo una sólida formación artística y vivió las postrimerías de los movimientos de vanguardia y el esfuerzo agónico de llevar a los límites la innovación por la innovación.
Comenzó practicando una pintura que podría adscribirse al expresionismo abstracto y pronto, quizá iluminado por su conocimiento de la historia del arte, comprendió las falacias y artificios de la huida hacia delante del pos-modernismo. Decidió que era preferible simplemente pintar, libre de complejos y de etiquetas.

Recuerdo que en el workshop que Vincent Desiderio impartió en Madrid nos hablaba del deber moral, propio de todo artista, de cuestionar lo establecido. Se lamentaba de cómo el pos-modernismo, a fuerza de inculcar una críptica ideología que, formulada por pensadores pseudo-visionarios que nunca han sostenido un pincel, estaba conduciendo a la pintura a un callejón sin salida.
Como paradójica consecuencia de este nihilismo, muchos artistas de la pos-modernidad han terminado siendo domesticados por el sistema del mercado del arte. No hay que esforzarse mucho para encontrar ejemplos recientes en el panorama artístico actual.

Vincent Desiderio, método artístico

Vincent Desiderio reclama, desde la práctica y la enseñanza, la validez del lenguaje esencial de la pintura. Dicho en sus propias palabras:

Las diferencias que en su momento separaban la figuración de la abstracción y de la pintura conceptual ya no son relevantes. La pintura es siempre y en todas partes representativa, conceptual, irónica y abstracta. Estos componentes, a lo largo del siglo pasado, han encontrado su expresión a través de diversos nuevos medios. Pero siempre han estado presentes en la pintura misma, en la práctica histórica de la pintura 

Vincent Desiderio demo at The Art Digger workshop in Madrid

Vincent Desiderio demo at The Art Digger workshop in Madrid

Vincent Desiderio propone una pintura en la que lo trascendente se debe articular a través de un profundo estudio de la luz y el color para reflejar esas cualidades en la obra. 

Entre otras reflexiones interesantes explicaba que, en términos generales, la relación luz-sombra siempre es de opuestos: en temperatura y transparencia. Cuando la luz es cálida la sombra es fría y viceversa. Los errores comunes derivados de no respetar estas normas producen pinturas “embarradas” (luces y sombras cálidas) o “tizosas” (luces y sombras frías).

Las luces se representan con colores opacos y las sombras adquieren profundidad con los colores transparentes. Vincent Desiderio no pinta lo que ve sino lo que piensa y aunque parezca increíble raramente trabaja con modelos naturales.

En cuanto a su proceso pictórico se podría resumir en los siguientes pasos:

  1. Infra-pintura que es la que proporciona la temperatura general. (Cuando trabaja sobre papel aplica un capa de goma laca)
  2. Veladura cálida que suele aplicar con un color siena caliente y a continuación con veladuras parciales de distintos colores  prestando atención a las zonas de opacidad (luz) y transparencia (sombras)
  3. Uso de pintura opaca aplicada sobre las transparencias previas jugando con la extensión de las pinceladas buscando los grises ópticos. Estos colores los elije intencionadamente fríos ya que luego aplicara sobre ellos sucesivas veladuras cálidas transparentes
  4. A partir de aquí se desarrolla una sucesión intuitiva de aplicaciones de pintura opaca y clara sobre superficies mas oscuras (“scumble”) y de sucesivas veladuras transparentes.

Su paleta de color es amplia y variada pero la que recomendó en el taller que impartió en Madrid representa su paleta básica:

blanco de titanio, blanco de titanio sin blanquear (unbleached), tierra siena natural, gris amarillento (Holbein), tierra siena tostada, rojo de cadmio claro, marrón transparente (Windsor&Newton), sombra natural, sombra tostada, tierra verde, verde vejiga, pardo Van Dyke (Holbein), gris cálido (Old Holland), negro marfil 

Como medio usa Liquin detalle fino (medio alquídico de secado rápido).

Pintar para iluminarte a ti mismo

En estas líneas que escribo sobre Vincent Desiderio no puedo dejar de señalar su calidad humana. Le considero un amigo y un maestro. Su sensibilidad y su generosidad le hacen merecedor del adjetivo con el que jugó Machado en su poema “autorretrato”: “Es, en el buen sentido de la palabra, bueno”.

Vincent Desiderio pinta para iluminarse a sí mismo. Enemigo del puro academicismo que produce una pintura insustancial, predica el entendimiento profundo de la esencia de la creación pictórica; desde sus antecedentes históricos hasta su abierto futuro.

Esta esencia es la que él denomina la narrativa de la técnica; el acto íntimo e intuitivo de pintar que no produce un resultado racional sino la transmutación física de un proceso de pensamiento poético. 

Links recomendados:
Theseus: Vincent Desiderio on Art
Vincent Desiderio: Paintings 1975-2005
Vincent Desiderio: Selected Works
Vincent Desiderio: Recent Paintings